miércoles, 8 de diciembre de 2010

manifiesto de la ujs a la juventud trabajadora y estudiantil

Manifiesto de la UJS a la juventud trabajadora y estudiantil

Con la bandera obrera y socialista de Mariano Ferreyra

El 4 y 5 de diciembre sesionó el Congreso de la UJS -juventud del Partido Obrero- bajo la presidencia honoraria de nuestro compañero Mariano Ferreyra, asesinado por la patota de la Unión Ferroviaria.  Mariano fue asesinado a los 23 años, pero tenía casi una década de vida militante. Los más de 1.500 compañeros presentes, provenientes de todas las provincias del país, le brindaron su homenaje como un luchador incansable por la causa del socialismo.
La figura de Mariano Ferreyra se ha transformado en un símbolo de combate de los trabajadores tercerizados, de los precarizados, de los contratados eventuales, de los pasantes, de los estudiantes sin edificios ni ambientes adecuados y reciben títulos descalificados – ¡de toda la juventud superexplotada de Argentina!-
La figura de Mariano convoca a una gesta: acabar con la burocracia sindical. Los presos por el asesinato de Mariano son sólo los brazos ejecutores de una burocracia sindical integrada al Estado, que ha usurpado los sindicatos con el apoyo de las patronales y todos los gobiernos capitalistas. En el recital masivo en Plaza de Mayo, más de 60.000 jóvenes junto con sus bandas de rock y Calle 13, vocearon hasta el cansancio “se va a acabar la burocracia sindical”.
La preservación de esta burocracia sindical es la verdadera y única “política de Estado” que une a todas las fracciones capitalistas – oficialismo y oposición-. No solamente la Casa Rosada le ha dado la espalda a este crimen: Aníbal Fernández, jefe de gabinete, declaró que “la CGT (o sea la burocracia sindical) es la columna vertebral del gobierno”, apenas días después del asesinato de Mariano. El Congreso y la llamada oposición hicieron mutis por el foro o silencio de radio. Nos preguntamos cómo cualquier juventud que reivindique para sí una condición ‘militante’, puede apoyar a los gobiernos, partidos y políticas que protegen a la burocracia sindical.
La UJS lucha por un sindicalismo militante, democrático, independiente de los patrones y del Estado – escuela de militancia y emancipación social-.

Una lucha contra el capital

Acabar con la tercerización, la super-explotación y la burocracia sindical, no son “tareas pendientes”, que aún quedarían por cumplir, sino una base fundamental del capitalismo a escala mundial, sean que las apliquen los ‘modelos neo-liberales’ o ‘productivos’ .  La rebelión contra ellas es mundial: desde los trescientos mil obreros de China que fabrican los componentes de Apple, y los centenares de miles de jóvenes obreros de Bangladesh y Vietnam, hasta los estudiantes y la juventud laboriosa de Grecia, España, Italia, Gran Bretaña e Irlanda. La clase capitalista enfrenta su agotamiento histórico mediante el reforzamiento de la explotación. La bancarrota mundial la ha llevado a suprimir los seguros por desocupación, profundizar la precarización laboral, aumentar la edad de jubilación y rebajar su monto, y reducir los presupuestos de educación.  En Argentina, casi la mitad de los trabajadores está en negro, sin derechos laborales y un salario que es el 50% o más inferior a los de convenio. Todos sabemos que en la juventud, el trabajo en negro es mayoritario y para los que están en blanco, solamente hay “pasantías” o trabajo eventual o por agencia, o encuadrados en sindicatos con convenios inferiores.
El asesinato de Mariano mostró la colusión de la burocracia sindical con todas las formas de superexplotación de los trabajadores – incluso como empresarios-.
Pero bajo este régimen de ‘derechos humanos’ hubo otro asesinato en este país: el de los campesinos tobas, que sufren como todos los pequeños productores agrarios los desalojos del gran capital sojero. Tampoco aquí el gobierno y la llamada oposición abrieron el pico, y por una razón obvia: la expansión del capitalismo financiero en el cultivo de soja es la ‘caja’ de toda la clase capitalista que opera en Argentina.
Para que el crimen de Mariano fuera llevado a cabo, las fuerzas represivas del Estado tuvieron una participación decisiva. La Federal y la Bonaerense ampararon a los patoteros y los dejaron actuar a través de una “zona liberada”. Es la misma policía del gatillo fácil y los negociados de la prostitución y el narcotráfico, que azotan a la población trabajadora en los barrios de todo el país. Su víctima principal es la juventud.
La UJS, en su Congreso Nacional, llama a luchar contra la tercerización, la superexplotación y la burocracia sindical.
Se compromete, asimismo, a organizar a la juventud campesina de todo el país, no solamente del noroeste y del noreste, y a la juventud agrícola obrera, para poner fin a los regímenes políticos que protegen a los grandes capitales sojeros, oliveros, tabacaleros, yerbateros, cañeros, y producir una reforma agraria que asegure la vida y el trabajo de la masa de nuestra población trabajadora del campo.

Del pago serial de la deuda a un nuevo endeudamiento

El gobierno que ha hecho los mayores pagos de deuda usuraria de la historia (¡sin siquiera lograr su reducción!) acaba de anunciar un acuerdo con el FMI, al cual pagó al contado, en 2006, diez mil millones de dólares. Es un acuerdo de monitoreo de cuentas nacionales para poder obtener la posibilidad de financiar otro pago de deuda, esta vez la más usurera de todas, al Club de París, en diversas cuotas. Es una ‘herencia’ de la dictadura militar, que el gobierno de los ‘derechos humanos’ se empeña en ‘honrar’ – para reconquistar el acceso a los mercados mundiales, ¡o sea para contraer mayor deuda!-  Después de pagar los tributos de nuestra esclavitud financiera, nos convocan a reforzarla. ¡Con el acuerdo de la llamada oposición! Incluso los opositores que resisten este acuerdo (Proyecto Sur), proponen alianzas electorales con quienes están en la primera fila de este nuevo cipayaje.
La llamada política de ‘desendeudamiento’ no es otra cosa que el pago a los usureros internacionales con la plata de la Anses, el Pami y el Banco Central. Las víctimas de un nuevo ‘default’, que será la consecuencia final de toda la crisis mundial, ya no serán los capitales internacionales sino nuestros obreros y jubilados. ¿Hay algún país en el mundo que haya sido capaz de otorgar semejante garantía al capital mundial?
En medio de una bancarrota capitalista internacional que gana en profundidad y envuelve a nuevos países, los pactos con el FMI son el prólogo de un ataque contra las condiciones de vida del pueblo. Por eso se vuelve a hablar de ‘pacto social’. ¿Entre quiénes? Entre los patrones que nos endeudaron en forma usuraria, la burocracia sindical tercerizadora y el gobierno pagador serial de la deuda usuraria. Por eso se anuncia ya el tope de los aumentos salariales, el retorno al régimen ART de Menem y el reforzamiento de la tercerización. En la Patagonia, sin embargo, donde esa santísima trinidad acaba de firmar un pacto tercerizador contra los trabajadores petroleros, estos acaban de iniciar una huelga en los pozos por sus derechos. Nuevamente, este pacto social es apoyado por la llamada oposición.
Llamamos a oponernos al pacto con el FMI y al pago a los usureros de París; a rechazar el “pacto social” entre los Moyano y Pedraza con la Unión Industrial; y a luchar por el no pago de la deuda y por la orientación del ahorro nacional a los salarios, la vivienda, la salud, los jubilados y la educación.
Por la vía de esta lucha lograremos un gobierno de trabajadores que desarrollará este programa con todas sus consecuencias sociales.

La cooptación del Estado es incompatible con una juventud militante

El kirchnerismo ha comenzado a mostrar un interés por la juventud, tan súbito como oportunista e instrumentalizador. Se trata de una patraña. Quienes cobijan a los burócratas sindicales y pactan con el FMI no pueden desarrollar una juventud que milite, o sea que luche con criterio propio e independencia política. No vimos a esta juventud patrocinada ocupar las calles de Buenos Aires y de Formosa para exigir el fin de la burocracia sindical o el reemplazo del gobierno de Insfran por uno electo por los campesinos formoseños. Sí hemos visto a los laderos K justificar la conducta oficial por la necesidad de los votos de Formosa en el Senado. No hemos visto a la Cámpora denunciar el nuevo acuerdo con el FMI ni rechazar los cambios patronales a las ART. A lo máximo que llega la “crítica” que realiza la juventud y la intelectualidad K sobre su gobierno, es decir que “aún queda mucho por hacer”. Más que un programa, este planteo solo desnuda la voluntad de seguir atornillados a la caja del Presupuesto.
El interés súbito del gobierno por la juventud fue suscitado por el “estudiantazo” – la ocupación masiva de colegios y, en menor medida,  de facultades e institutos terciarios en septiembre pasado. Cuando el “estudiantazo” pasó de la lucha de los secundarios contra Macri, a las Universidades nacionales y a varias provincias gobernadas por el kirchnerismo, los K lo denunciaron como una conspiración. – o sea que acabaron unidos a Macri en la lucha contra la educación pública-. Se lanzaron a enfrentar las tomas, las movilizaciones y la acción de lucha instintiva de la juventud. Hicieron  las veces de un grupo de rompehuelgas y asumieron el papel de fuerzas de choque de los decanos k de Carta Abierta.
La Cámpora se ve a si misma en una continuidad con la JP de los 7. Esta creyó en el retorno emancipador de Perón, como la inmensa mayoría del país; los ‘guachines’ actuales (en realidad sus tutores) le atribuyen hoy ese rol a los K. Estamos ante una clásica confrontación entre tragedia y farsa. En un caso se trató de una ilusión; en el otro, es obtusidad. Perón vino a poner fin a los levantamientos populares de aquellos años y a ‘reconstruir la política y el Estado’ – incluso con las tres A y la Juventud Sindical.  Los K, por su parte, se jactan equivocadamente de que han puesto fin al argentinazo. Pero aquí terminan las similitudes. La ‘gloriosa’ JP chocó con la burocracia sindical, mientras La Cámpora se abraza a la Juventud Sindical de los Moyano y Pedraza. La JP ocupaba las facultades y expulsaba a las autoridades reaccionarias, mientras La Cámpora enfrenta al movimiento estudiantil para defender a esas autoridades. El seguidismo político de la JP a Perón y los funcionarios de su ‘burguesía nacional’ produjo la mayor derrota popular de la historia argentina; la Cámpora no tiene el alcance para producir lo mismo, y está poblada de funcionarios públicos a cuarenta mil pesos al mes.
La UJS invita a la juventud K a discutir las lecciones de ese terrible pasado. El kirchnerismo no tiene siquiera el estatuto de un movimiento nacionalista de masas, esto cuando los límites históricos del nacionalismo burgués son más estrechos que nunca. Llamamos a no repetir la historia; llamamos a superarla, mediante la construcción de una Juventud Socialista de masas.

Una cuestión estratégica

El esfuerzo del gobierno en montar una juventud desde el Estado está dictado por la necesidad de bloquear un desarrollo políticamente independiente de ella. El kirchnerismo necesita impedir el crecimiento de una oposición de izquierda, aunque no podrá seguir presentándose tampoco como los paladines de la lucha contra la derecha, ahora que ha tomado en sus manos los planteos de la UCR y en especial de De Nárvaez (viejo visitante del Calafate a fines de los 90): ‘el retorno a los mercados internacionales’.
Nos proponemos desarrollar una pelea de fondo,  que por otra parte recorre objetivamente Argentina y toda América Latina: independencia de la juventud del estado y del nacionalismo de contenido burgués, en firme alianza estratégica con la clase obrera, frente a la sumisión y a la regimentación que se empeña por imponerle ese nacionalismo – mientras pacta a espaldas del pueblo (Wikileaks, dixit) con el capital financiero internacional y sus estados. Denunciamos a la supuesta izquierda chavista proK, que se dedica a ocultar todas las fechorías oficiales y a dirigir su ataque la UJS – calificado de enemigo principal. Denunciamos a esta clase de hipocresía y travestismo políticos, como la peor expresión del oportunismo en el movimiento de la juventud.

Estudiante, artista, obrero

La lucha en que estamos empeñados – el gobierno de los trabajadores y la unidad socialista de América Latina – exige nuestra mayor preparación política, o sea intelectual y militante. Estamos ante una nueva situación: bancarrota capitalista mundial; comienzo de una rebelión popular en los países imperialistas y en su periferia estratégica; comienzo de una rebelión de la juventud en Argentina, contra el trabajo precario y contra la burocracia sindical; una nueva transición histórica en el movimiento obrero – con nuevas direcciones sindicales en los lugares de trabajo, sindicatos clasistas, y una burocracia hundida en el entrega, la corrupción y el delito penal y criminal. Se va creando una nueva situación. Lo importante recién está llegando. Es necesario formarse más, popularizar nuestro programa entre las grandes masas, extender la organización de la juventud  a todos los rincones del país, o sea reclutar. La unidad de la juventud estudiosa y trabajadora, y su vínculo directo con la clase obrera son el punto de partida para derrotar para derrotar a los gobiernos y a las llamadas oposiciones, y avanzar la causa del socialismo.
Mariano Ferreyra, estudiante, artista, trabajador metalúrgico, sintetizó estos desafíos.

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